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lunes, 28 de diciembre de 2020

Los “Bailes de Rifa” y “Bailes de Ánimas”. Tradiciones de nuestra localidad.

 


Los “Bailes de Rifa” y “Bailes de Ánimas” de finales del s.XIX, tenían lugar en la Placeta de la Ermita Nueva, en el Barrio de Cuevas de Guadix, durante las tardes de Pascua de Navidad. La organización de estos bailes correspondía a la Hermandad de Ntra. Sra. de Gracia, patrona del Barrio.

La existencia de estas fiestas navideñas fue reflejada en la obra “El Niño de la Bola” del ilustre escritor accitano Pedro Antonio de Alarcón, en 1878. En ella inmortalizó los “Bailes de Rifa” que tenía como escenario real la Ermita Nueva. Es así cómo en esta publicación nos vamos a centrar en citar a dicho autor, a partir de los expuesto en su obra. Nos lo cuenta así, nuestro afamado escritor;

"Llegó así la tarde de la rifa, o del baile de rifa, que entonces, como ahora, se celebraba en las afueras del pueblo, en una especie de arrabal de cuevas abiertas a pico sobre un anfiteatro de cerros de compacta arcilla, donde vive la gente más pobre de la población.
Allí se juntan clérigos y cofrades, soldados y bailaoras, señoras y plebe, y siempre ocurren buenos lances, ¡Allí se puja todo: el baile, los abrazos, la felicidad..., la vida del alma; el destino de las criaturas!"

¿En qué consistía dicha tradición?

"En el barrio de las cuevas de Guadix, Allí, las madres de las criadas que sirven en el casco de la ciudad colocan delante de su respectivo tugurio todas las sillas que poseen, a fin de que las ocupen los amos de sus hijas, convidados previamente a aquella fiesta, donde las señoras estiman mucho un buen sitio en que reunir tertulia al aire libre, lucir sus atavíos, ver la rifa y el baile, y hasta arrostrar las más encopetadas el deseado compromiso de bailar un poco, cual si fuesen humildes mozuelas de la clase baja.

Porque es de advertir que, en tales bailes, celebrados enfrente de un altar portátil, donde se ve la efigie del festejado Santo, Virgen o Señor, tiene el público facultad amplísima de pedir y rifar, por medio de puja o subasta, así el que Fulana baile o no baile con Mengano, como el que éste no abrace, o abrace de nuevo, a aquella con quien acaba de bailar..., dado que lo que allí se baila y se ha bailado siempre es el fandango puro y neto, danza que termina de obligación, como ya sabréis, con un inexcusable abrazo de cada pareja... Los que no quieren que se realice lo que otro desea y paga, tienen que dar mayor cantidad de dinero al necesitado Santo, y de esta suerte, que bien merece tal nombre, se reúnen crecidos fondos para el culto de la venerada imagen... ¡Veinticinco ducados le costó una vez a cierto corregidor el que su esposa no bailase con el pregonero!"


Celebrados hasta el año 1970, cuando se disgregó la “Rondalla de Ntra. Sra. de Gracia” que amenizaba los Bailes, en la actualidad, se han recuperado (Navidad de 2006) celebrándose el fin de semana anterior al 25 de Diciembre en la Ermita Nueva del Barrio de Cuevas de Guadix. El personaje de Floreo es encarnado por el Cascamorras y los bailes, presididos por la imagen del “Niño de la Bola”, están amenizados por agrupaciones musicales de la zona.


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