Un día como hoy, 30 de diciembre de 1489 (hace exactamente 531 años), la conocida hoy,
con el título de “Muy noble y leal ciudad de Guadix” (título, por
cierto, concedido por los RR.CC.) entraba a formar parte del reino de Castilla,
tras capitular ante los ejércitos cristianos formados por los Reyes Católicos,
en su esforzada empresa por conquistar el Reino Nazarí.
Seguramente corría una tarde típica invernal en la
ciudad de Guadix, cuando frente a las murallas de la ciudad, los Reyes
Católicos instalaron la tienda real donde recibieron de Al-Zagal las llaves de
la Alcazaba, así como “todas las fuerças, é torres é puertas de la cibdad de
Guadix”.
El profesor Juan de Mata Carriazo nos lo plasma así; “Por
las puertas de una ciudad, cuyo nombre, Guadix, aparece bien acentuado sobre
una de las torres, y de cuyos muros sobresale un gran edificio con torre que
quiere ser mezquita o alcazaba, entran en apretado grupo los reyes y su séquito”;
é dieron la tenencia de la fortaleza é la capitanía de aquella cibdad á Don
Hurtado de Mendoza Adelantado de Cazorla"[1]. Así quedaron enarbolados
los estandartes castellanos en la más descollada torre de la alcazaba, como purificadas
y bendecidas las mezquitas de la ciudad, pasando a ser la mezquita mayor
dedicada a la Virgen Santísima de la Encarnación, de cuyo misterio era
devotísima la reina Isabel.
La población accitana se mantenía hasta entonces como capital
del breve reino musulmán capitaneado por Abú Abdallah Muhammad "El
Zagal", tío de Abū ‘Abd Allāh Muhammad ibn, conocido como Boabdil el Chico.
El cual se componía de los territorios comprendidos entre Baza, las Alpujarras,
Almería y Guadix como residencia y punto de control de Al-Zagal. Todo el
territorio se mantenía dividido y en disputa con la capital granadina, siendo las
fortalezas de Guadix y su tierra como última frontera nazarí a la llegada de
las tropas cristianas a Baza.
Cuando el cerco cristiano a Baza llega a su fin el 4
de diciembre de 1489, después de seis heroicos meses de resistencia, a Almería
y Guadix no les queda otra que capitular de forma pacífica, pues Al-Zagal como
caudillo tenía la obligación de cuidar a sus súbditos. Lo hará primero la
capital almeriense y a los ocho días Guadix. Los principales de
la ciudad de Guadix aplacaron a la muchedumbre diciéndoles que todo estaba
garantizado, tendrían libertad en sus personas, se les garantizaba la posesión
de los bienes y conservarían lengua, religión y costumbres. Sin embargo, la
sublevación mudéjar de 1490 acabaría drásticamente con esta concordia.
Aislada y sola frente a los castellanos, Granada vio
como los Reyes Católicos, les exigían la entrega de las armas y rompían los
pactos y el tratado firmado con Muhammad XI, Boabdil. Ya sólo quedaba concluir
esta gran cruzada con la rendición y entrega de la ciudad el día 2 de enero de
1492, sumando un total de diez años en los que el reino nazarí de Granada se
vio arrasado por la guerra y condenado a desaparecer.
[1] CARRIAZO,
Juan de Mata. «Los relieves de la Guerra de Granada en el Coro de Toledo», en
AA.VV. En la frontera de Granada. Homenaje al Profesor Carriazo. Sevilla:
Facultad de Filosofía y Letras, 1971, t. I, p. 353.
[1] "La
Toma de Guadix" en la sillería coral de la catedral de Toledo,
concretamente el tablero 38. Extraído de:
http://www.semanasantadebaza.com/2018/08/la-toma-de-guadix-en-la-silleria-coral.html#ixzz6gmt6DWiN
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